About Me

Mi foto
a goodie goodie one

domingo, 21 de agosto de 2016

El bar me provoca

Ay, me dio cosa leer la entrada anterior que fue hace como un mes, donde la verdad pasó mucha agua bajo el puente. Volví de un súper viaje a lo Gossip Girl que fue bastante sanador, me centré en mis cosas, y puse dejar atrás unas cuantas obsesiones. Algo que me tiene bastante feliz. Bastante fuertes mis últimos párrafos, como que hasta me dan verguenza, pero para eso está este registro supongo... para ir viendo cuánto una avanza en la vida. Hoy Domingo, a modo de hacer cualquier cosa para evitar dormir y asumir que mañana empieza mi rutina escucho reiterativamente a la María Daniela y Su Sonido Lasser, la cual me prende bastante. Siempre pienso, cuando ando escuchando electro-pop de mi adolescencia es cuando me siento feliz inconscientemente. Y es raro, porque la verdad este fin de semana fue una mierda. Recién acabo de resucitar de entre los muertos. Finde para nada disfrutado que me hace reflexionar realmente en mi último comportamiento. Estas salidas e historias de bar de cada término de semana me hacen sentir bien, me hacen sentir joven, pero también cuestionar que en el fondo no nutro nada nuevo. Este apocalipsis moral, relacional, amoroso-juvenil, y abúlico no sé cuando irá a terminar. Mucho joven y alocada, y mujer borracha para mi y para un buen grupo de mi generación que está de moda, y al cual incluso me invitaron un día. Pero no lo siento para mí, me aburre, me aburre mucho. No soy tan progre como quisiera, y respeto todo el neo-feminismo, pero a mí me aburre mucho. Me gusta ir de fiesta y obtener unos besitos locos por ahí pero eso no es todo, cuando se repite una dos y 328094504 veces. Dónde está lo medular. No me puedo engañar, hay sentimientos profundos que también quiero experimentar. El romance. El romance que es lindo y que ya no está y mis amigos deben cubrir con alcohol y yo igual. Encuentro que es penoso, pero igual lo hago. Es penosa la necesidad de evadir en este pueblo, la actividad cultural es charcha. Siento que no hay nada más que hacer, y como todos somos medios malos pa evadir ahí estamos juntos en una jaula. Es un experimento. Y los minits van y vienen y no entiendo nada. 5 años atrás era tan feliz con mis discos y mi depresión indie y ahora encuentro que la vida es tan fome, los pseudoamores son tan fugaces, las cañas son tan malas. No es mi lugar no más, siempre lo he pensado y ya queda poco. Es bien penca tener que vivir sabiendo que no es tu lugar, que te irás pronto y que cumples una especie de condena a la cual tu mismo accediste. Pero bueno, no se puede tener todo de una, yo me quejo de llena no más porque siempre he tenido en abundancia todas las cosas que he querido. Y al que he querido. Pero es fome la espera, es fome, fome, fome. Por eso el bar me provoca, y no es que sea alcohólica... es que los días pasan y así me siento viva por un ratito. Ya no me llena la bici, los discos indie en este lugar. Una vez que conoces otros lugares mejores, y a otra gente más bacán, siempre querrás regresar a eso. Mis mini vacaciones me lo recordaron. 20 días donde no sentí ni siquiera necesidad de fumar un cigarro entre tanta cosa que hice, vi, disfruté. Cuando digo esto usualmente la gente me juzga, y lo entiendo, yo también soy de esas a las que les gusta juzgar. Y juzgo, y soy brígida. Pero es que este país deprime mucho, la gente, las redes sociales, el sistema donde trabajo, te quita las esperanzas. Cómo voy a pensar que alguna vez me podré asentar aquí si tienen a la gente media enferma, y me contagio también, y eso no me gusta. Esa libertad aquí no existe, y aquél que no la experimentado fuera no me puede juzgar, o sí puede, pero al menos tiene que intentar probarla.